Ocho asesinos de Edgar Jair reciben pena máxima en Irapuato

Jair Edgar tenía el futuro en sus manos. A sus 30 años, era un exitoso empresario del sector inmobiliario en Irapuato. Trabajador incansable, apasionado por su negocio y con una vida social activa, disfrutaba cada logro con la certeza de que aún le quedaba mucho por construir, pero el 12 de marzo de 2023, su historia se detuvo abruptamente.Ese día, el destino lo puso en la mira de un grupo criminal que decidió arrebatarle la vida, desencadenando una investigación que sacudiría a toda la ciudad.

Aquella tarde, Jair Edgar se encontraba en un restaurante, compartiendo risas y proyectos con sus amigos. Al despedirse, salió sin prisa, subió a su automóvil y tomó la avenida Paseo Irapuato, sin imaginar que unos metros adelante la tragedia lo aguardaba. Un comando armado bloqueó su camino. En cuestión de segundos, lo obligaron a bajar del vehículo y lo subieron a una camioneta. Desde ese momento, desapareció sin dejar rastro.

El caso encendió las alarmas. Su familia, al notar su ausencia, denunció de inmediato. La Fiscalía desplegó un operativo especial: agentes de Investigación Criminal, analistas de inteligencia y equipos tácticos rastrearon cada pista. Fue así como llegaron a una propiedad en la colonia Las Reynas, un sitio donde el crimen organizado operaba con brutalidad.

Con una orden de cateo en mano, un equipo táctico irrumpió en el lugar. El operativo fue un golpe certero: ocho individuos fueron detenidos. Sus nombres eran temidos en el bajo mundo—BRAULIO JESÚS “N”, ALFONSO “N”, JOSÉ RAMÓN “N”, JOSÉ JAIME “N”, BERNARDINO “N”, JOAQUÍN “N”, ERICK ULISES “N” y SERGIO CRISTÓBAL “N”. Sus orígenes se extendían por Jalisco, Guerrero y Abasolo, pero su actividad delictiva tenía un epicentro: Irapuato.

Dentro del predio, los agentes encontraron un arsenal de guerra: armas de alto calibre, explosivos, chalecos antibalas y vehículos blindados, pero el hallazgo más escalofriante aguardaba en una de las habitaciones. Entre restos humanos dispersos, los forenses confirmaron la peor noticia: Jair Edgar había sido asesinado.

Las pruebas eran contundentes. El Ministerio Público presentó un caso sólido, logrando que los ocho detenidos fueran procesados por homicidio calificado, desaparición de personas, robo y acopio de armas de uso exclusivo del Ejército. La investigación no se detuvo ahí, siguiendo nuevas pistas, las autoridades hallaron otro predio en la colonia Las Américas. Ahí, más restos humanos confirmaban la magnitud de los crímenes de este grupo.

ALFONSO “N” y BERNARDINO “N”, líderes de la célula, fueron vinculados a nuevos procesos por homicidio y desaparición de personas. La red de impunidad que habían tejido durante años se desmoronaba.

Finalmente, en la audiencia de sentencia, el Tribunal de Enjuiciamiento impuso una pena ejemplar: 79 años, 1 mes y 15 días de prisión para los ocho implicados.

El caso de Jair Edgar marcó un antes y un después en Irapuato. Su asesinato dejó un vacío imposible de llenar, pero su historia también se convirtió en símbolo de lucha. Con esta condena, la Fiscalía General del Estado de Guanajuato reafirma su compromiso de perseguir el crimen con toda la fuerza de la ley y garantizar que ningún otro joven con sueños por cumplir sufra el mismo destino

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